La visión que tienen en general los
trabajadores de su jefe es que ordenan, mandan, deciden, dicen lo que se debe
hacer, imponen criterios, distribuyen el trabajo,
controlan y supervisan las tareas. (O’Connor, J. y Lages, A., 2000).
La preocupación de los directivos y mando
debería estar centrada en crear una imagen tal, que
sus subordinados lo catalogaran como un colaborador más, orientador, escucha de
su gente, generador de confianza; aceptado naturalmente por el grupo, buen
comunicador persona que apoye y ayude, que transmite seguridad.
El mando que es líder trabaja para ser aceptado por su carisma
y su servicio a un equipo que compra ayuda y
orientación para cumplir con las metas prefijadas que se han negociado
previamente.
El líder es el respaldo del equipo, el que potencia a las personas para que se
desarrollen sus inquietudes, iniciativas y creatividad. Fomenta la responsabilidad, el espíritu de equipo, el desarrollo personal, y, especialmente, es el
artesano de la creación de un espíritu de pertenencia que une a los
colaboradores para decidir las medidas a tomar.
Realmente es fácil comprender las ventajas del
liderazgo y cómo invirtiendo la pirámide como
dice K. Blanchard (1991), citado por Muñiz, R. (2000):
"Se logra mayor rentabilidad, productividad, calidad y clima de equipo, ¿es suficiente para un mando
leer estas líneas o un libro sobre liderazgo para, automáticamente ser un líder de equipo?."
Lamentablemente la respuesta es no. Hay un
doble problema insalvable pero sí indispensable de tomar en cuenta. El primero
es cultural y puede solventarse con un entrenamiento adecuado, no piensen los
directivos que con un seminario de 15 o 20 horas sus mandos se
convertirán en líderes pero al igual que cualquier estudio o carrera con método, sistema, entrenamiento y tiempo, las personas pueden aprender y poner
en práctica con eficacia los principios del liderazgo.
El segundo es actitudinal, un poco más
complicado pero no de imposible solución. Muchos seminarios deberían contemplar
el cambio de aptitudes dentro de sus objetivos,
permitir a las personas conocerse, analizar el origen de su carácter,
temperamento y relaciones, para poder tomar decisiones de cambio que le ayuden a una convivencia más
armoniosa, satisfactoria para así, sana en lo personal y en las relaciones.
Hay líderes naturales; las personas buscan
líderes que lo representen, que orienten y apoyen; también es posible aprender
hacerlo. ¿Le gustaría a Ud. Ser reconocido como un líder de su equipo? Si su respuesta es sí le
felicito. Póngase en marcha que el tiempo apremia y la supervivencia de la organización y de su cargo está en juego.
Definición de liderazgo
Stogdill, R. (1999), en su resumen de teorías e investigación del liderazgo, señala que "existen casi
tantas definiciones del liderazgo como personas que han tratado de
definir el concepto. Aquí, se entenderá el liderazgo gerencial como el proceso de dirigir
las actividades laborales de los miembros de un grupo y de influir en ellas.
Esta definición tiene cuatro implicaciones importantes.
En primer término, el liderazgo involucra a otras personas; a los
empleados o seguidores. Los miembros del grupo; dada su voluntad para aceptar
las órdenes del líder, ayudan a definir la posición del líder y permiten que transcurra el proceso del
liderazgo; si no hubiera a quien mandar, las cualidades del liderazgo serían
irrelevante.
En segundo el liderazgo entraña una distribución desigual del poder entre los líderes y los miembros del
grupo. Los miembros del grupo no carecen de poder; pueden dar forma, y de hecho lo hacen,
a las actividades del grupo de distintas maneras. Sin embargo, por regla
general, el líder tendrá más poder.
El tercer aspecto del liderazgo es la
capacidad para usar las diferentes formas del poder para influir en la conducta de los seguidores, de diferentes
maneras. De hecho algunos líderes han influido en los soldados para que mataran
y algunos líderes han influido en los empleados para que hicieran sacrificios
personales para provecho de la compañía. El poder para influir nos lleva al cuarto aspecto
del liderazgo.
El cuarto aspecto es una combinación de los
tres primeros, pero reconoce que el liderazgo es cuestión de valores. Burns, J (2001) argumenta que el líder que para por alto los componentes
morales del liderazgo pasará a la historia
como un malandrín o algo peor. El liderazgo moral se refiere a los valores y requiere que se ofrezca a los
seguidores suficiente información sobre las alternativas para que,
cuando llegue el momento de responder a la propuesta del liderazgo de un líder, puedan elegir con inteligencia.
Chiavenato, I. (2000), Destaca lo siguiente:
"Liderazgo es la influencia
interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de comunicación humana a la consecución de uno o
diversos objetivos específicos"
Cabe señalar que aunque el liderazgo guarda una gran relación con las actividades administrativas y el primero es muy importante para la segunda, el concepto de liderazgo no es igual al de administración.
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